Publicadas por
Christian Libonatti
a la/s
4:27 p. m.
Parece que los presos de Uruguay necesitan aprender computación. Entiendo que en un país en el que se intenta llevar la informática a todos los niños, también intenten hacerlo con quienes están recluidos en las cárceles. El problema surge cuando un hacker es el profesor que quiere impartir las clases.
El abogado de Iván Velázquez, el argentino detenido por hackear cuentas de poderosos (hasta se metió con Néstor K!!!) en Argentina, Uruguay y Chile, pidió que sea el ex agente de la Side quien imparta las clases en el Comcar.
"El Comcar tiene capacidad para 1.400 presos, pero hay 2.700 reclusos, por lo que el hacinamiento es evidente. En las celdas para un preso hay tres, en las que son para dos hay cuatro y en las de tres hay cinco o seis individuos", según consigna una nota de El País de setiembre pasado. Sólo con ver la precariedad del centro uno se da cuenta cuales deben ser las condiciones en las que se viven allí, pero es otra discusión.
Ahora, fuentes del Ministerio del Interior de Uruguay afirmaron a 180 que le negarán este pedido al hacker. Pero no lo hicieron basándose en una supuesta ética que debería tener alguien que de clases, como marcó el Suplemento Que Pása de El País, sino desde la lisa y llana peligrosidad que puede tener. De hecho, desde el Ministerio dijeron que "sería interesante que una mente así le diera clases a los reclusos, pero su historia es de alto riesgo”.
Para mi gusto más que ética es sentido común, pero como dice mi vieja... a algunos les falta el más común de los sentidos, el sentido común.
Parece que los presos de Uruguay necesitan aprender computación. Entiendo que en un país en el que se intenta llevar la informática a todos los niños, también intenten hacerlo con quienes están recluidos en las cárceles. El problema surge cuando un hacker es el profesor que quiere impartir las clases.
El abogado de Iván Velázquez, el argentino detenido por hackear cuentas de poderosos (hasta se metió con Néstor K!!!) en Argentina, Uruguay y Chile, pidió que sea el ex agente de la Side quien imparta las clases en el Comcar.
"El Comcar tiene capacidad para 1.400 presos, pero hay 2.700 reclusos, por lo que el hacinamiento es evidente. En las celdas para un preso hay tres, en las que son para dos hay cuatro y en las de tres hay cinco o seis individuos", según consigna una nota de El País de setiembre pasado. Sólo con ver la precariedad del centro uno se da cuenta cuales deben ser las condiciones en las que se viven allí, pero es otra discusión.
Ahora, fuentes del Ministerio del Interior de Uruguay afirmaron a 180 que le negarán este pedido al hacker. Pero no lo hicieron basándose en una supuesta ética que debería tener alguien que de clases, como marcó el Suplemento Que Pása de El País, sino desde la lisa y llana peligrosidad que puede tener. De hecho, desde el Ministerio dijeron que "sería interesante que una mente así le diera clases a los reclusos, pero su historia es de alto riesgo”.
Para mi gusto más que ética es sentido común, pero como dice mi vieja... a algunos les falta el más común de los sentidos, el sentido común.
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1 Comentarios:
jajaj! muy bueno.
y menos mal que está tu blog, porque que aburrido es el País de Montevideo.
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