Publicadas por
Christian Libonatti
a la/s
3:44 p. m.
Análisis político que tuve que hacer como trabajo final de una materia del Máster en Periodismo La Nación-UTDT (actualizado a la fecha, eh!)
¿Qué sucede para que un partido que está en el gobierno pierda una elección presidencial? ¿Qué sucede con los votantes que en 5 años pasan de ser 700.000 a tan sólo 200.000? Ocurre que un gobierno débil y una crisis económica alejan votos. Y también ocurre que otro partido con propuestas renovadoras puede atraer a esa inmensa mayoría y conquistar la victoria. Esto sucedió en 2004 en Uruguay, y ese medio millón de votos que se le escaparon al Partido Colorado significaron 20% del electorado y una victoria histórica en primera vuelta para el Frente Amplio.
En 1999 Tabaré Vázquez ganó la primera ronda electoral pero no pudo vencer a la alianza de los dos partidos políticos tradicionales que gobernaron el país oriental durante 175 años. Alberto Lacalle, del Partido Nacional respaldó al Colorado Jorge Batlle para poder derrotar al Frente Amplio. Tabaré aguardó cinco años y nuevamente se postuló, sabiendo que todo el rechazo al gobierno colorado se canalizaría en votos para su espacio político. La espera valió la pena y la historia quedó marcada en el paisito a partir del 31 de Octubre de 2004.
Cuatro años después de esa elección, el Partido Colorado trata de volver a las fuentes e intenta recuperarse de una caída que casi le cuesta la vida. La historia del partido creado por Fructuoso Rivera es la historia misma del Uruguay. En 1830 Rivera asume como primer presidente constitucional. Seis años después libró la “Batalla de Carpintería” contra Manuel Oribe (fundador del Partido Blanco). En esa pelea nacieron ambos partidos: cada uno utilizó un color distintivo para identificarse y esa decisión superó la barrera del tiempo. El triunfo fue para los blancos, pero la historia para los colorados: de 39 presidentes uruguayos, 33 fueron colorados.
En 1903 asumió como presidente José Batlle y Ordoñez, quizás el líder más importante de la historia de Uruguay. Durante sus dos mandatos (1903-1907 y 1911-1915) fue pionero del estado de bienestar y mantuvo una ideología que resaltaba el papel del sector público en el arbitraje pacífico de los conflictos, la protección social, la disminución de las inequidades y la defensa tanto de la producción nacional como del empleo. Esas consignas fueron los pilares de los Colorados, y el batllismo cimentó su poder en las bases urbanas de Montevideo durante décadas.
A pesar de que un presidente colorado fue quien entregó el poder a los militares, hubo tres gobiernos de este signo político antes de la debacle. El comienzo del fin puede ubicarse en tres hechos. Uno de ellos fue la victoria del Frente Amplio en la capital uruguaya en 1989, lo que confirmó que las masas urbanas comenzaban a identificarse con la izquierda. En segundo orden, el referéndum del 16 de Abril de 1989 impulsado por el Frente para derogar la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado (una amnistía para militares), votada por los partidos tradicionales tres años antes. Esta consulta popular confirmó la ley pero dejó en claro que la izquierda tenía un poder inmenso de convocatoria, llevado a cabo a través del trabajo pueblo por pueblo y casa por casa. El tercer hecho fue el neoliberalismo implementado en los 90 que llevó al Frente a propulsar un referéndum que logró que no se privaticen las empresas públicas. Con un discurso que bien podría considerarse batllista, logró captar votos que los blancos y los colorados perdieron al aplicar políticas dictadas por el FMI. A partir de la victoria presidencial, el Frente se posicionó como la mejor opción en los barrios populares de Montevideo.
La fracasada alianza entre ambos partidos dominantes entre 1999 y 2001, sumada a la crisis económica que sufrió el país, consiguió que la coalición de izquierda triunfe en 2004 con el 50,45%, más de 1.100.000 votos. El Partido Blanco salió segundo con el 35%, pero el Partido Colorado tan sólo obtuvo un 10%.
A partir de ese momento, los máximos dirigentes colorados comenzaron a buscar una respuesta al fracaso rotundo. Amagaron con una autocrítica que resulto muy tibia y casi inexistente. Los dos líderes desde la vuelta a la democracia, Julio María Sanguinetti y Jorge Batlle, se pelearon sin llegar a una solución, y hoy por hoy todas las encuestas de intención de voto le dan menos de un 10% para las elecciones del 25 de octubre.
El único candidato que podría superar la marca de 2004 es Pedro Bordaberry. De hecho en 2005 el líder del sector “Vamos Uruguay” la triplicó: se presentó como candidato en las elecciones departamentales de Montevideo y consiguió el segundo puesto, con el 26% de los votos. El ex ministro de Turismo del gobierno de Jorge Batlle es una carta que pueden jugar los colorados, aunque su pasado lo condena. Su padre, Juan María Bordaberry, fue el presidente antes mencionado que fue elegido democráticamente y que en junio de 1973 disolvió el parlamento, proscribió a los partidos políticos y gobernó una dictadura para luego entregarle el poder a las FFAA. Todas estas pérdidas para la democracia se dieron en el marco de la “lucha contra la subversión”, enmarcadas en el Plan Cóndor que dominaba a la región. Actualmente el ex presidente cumple prisión domiciliaria por delitos de Lesa Humanidad. Pedro Bordaberry defiende a capa y espada a su padre y eso puede traerle varios dolores de cabeza de cara a su candidatura.Además de que su discurso es de una derecha a la que no estaba acostumbrado el partido.
A finales de 2007 se dio a lugar un hecho que muchos consideraron un manotazo de ahogado. Un intento de demostrar que ese arrastre electoral en las masas urbanas no se había perdido. Un movimiento de habitantes de barrios marginales, pertenecientes a una tribu urbana llamada “plancha”, irrumpió en la conducción del Partido Colorado y fue aceptado como parte integrante de la mesa directiva. El 17 de octubre de ese año decenas de jóvenes marcharon hacia la sede colorada en carros tirados a caballo y ocuparon la histórica casa del partido al ritmo de la cumbia villera.
Las críticas no surgieron desde el costado clasista, como podría esperarse que reaccionaran los sectores más conservadores, sino como respuesta a lo que dijo el lider plancha. José “Peluca” Valdez argumentó que había que “volver a los viejos valores” de la delincuencia, como por ejemplo “no robar en el barrio y tampoco afanar a las maestras y a los viejos”. Se disculpó públicamente, argumentó que no estaba acostumbrado a tratar con los medios, pero la frase ya estaba instalada.
En octubre de 2008, y luego de un acto en su casa del barrio La Teja, el Peluca se suicidó. Para ese momento su movimiento ya no era lo que había logrado ser.
Mientras las opciones sean girar a la derecha, descreer del estado batllista y no proponer medidas concretas, el Partido Colorado no podrá volver a ser lo que fue un día.
Análisis político que tuve que hacer como trabajo final de una materia del Máster en Periodismo La Nación-UTDT (actualizado a la fecha, eh!)
¿Qué sucede para que un partido que está en el gobierno pierda una elección presidencial? ¿Qué sucede con los votantes que en 5 años pasan de ser 700.000 a tan sólo 200.000? Ocurre que un gobierno débil y una crisis económica alejan votos. Y también ocurre que otro partido con propuestas renovadoras puede atraer a esa inmensa mayoría y conquistar la victoria. Esto sucedió en 2004 en Uruguay, y ese medio millón de votos que se le escaparon al Partido Colorado significaron 20% del electorado y una victoria histórica en primera vuelta para el Frente Amplio.
En 1999 Tabaré Vázquez ganó la primera ronda electoral pero no pudo vencer a la alianza de los dos partidos políticos tradicionales que gobernaron el país oriental durante 175 años. Alberto Lacalle, del Partido Nacional respaldó al Colorado Jorge Batlle para poder derrotar al Frente Amplio. Tabaré aguardó cinco años y nuevamente se postuló, sabiendo que todo el rechazo al gobierno colorado se canalizaría en votos para su espacio político. La espera valió la pena y la historia quedó marcada en el paisito a partir del 31 de Octubre de 2004.
Cuatro años después de esa elección, el Partido Colorado trata de volver a las fuentes e intenta recuperarse de una caída que casi le cuesta la vida. La historia del partido creado por Fructuoso Rivera es la historia misma del Uruguay. En 1830 Rivera asume como primer presidente constitucional. Seis años después libró la “Batalla de Carpintería” contra Manuel Oribe (fundador del Partido Blanco). En esa pelea nacieron ambos partidos: cada uno utilizó un color distintivo para identificarse y esa decisión superó la barrera del tiempo. El triunfo fue para los blancos, pero la historia para los colorados: de 39 presidentes uruguayos, 33 fueron colorados.
En 1903 asumió como presidente José Batlle y Ordoñez, quizás el líder más importante de la historia de Uruguay. Durante sus dos mandatos (1903-1907 y 1911-1915) fue pionero del estado de bienestar y mantuvo una ideología que resaltaba el papel del sector público en el arbitraje pacífico de los conflictos, la protección social, la disminución de las inequidades y la defensa tanto de la producción nacional como del empleo. Esas consignas fueron los pilares de los Colorados, y el batllismo cimentó su poder en las bases urbanas de Montevideo durante décadas.
A pesar de que un presidente colorado fue quien entregó el poder a los militares, hubo tres gobiernos de este signo político antes de la debacle. El comienzo del fin puede ubicarse en tres hechos. Uno de ellos fue la victoria del Frente Amplio en la capital uruguaya en 1989, lo que confirmó que las masas urbanas comenzaban a identificarse con la izquierda. En segundo orden, el referéndum del 16 de Abril de 1989 impulsado por el Frente para derogar la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado (una amnistía para militares), votada por los partidos tradicionales tres años antes. Esta consulta popular confirmó la ley pero dejó en claro que la izquierda tenía un poder inmenso de convocatoria, llevado a cabo a través del trabajo pueblo por pueblo y casa por casa. El tercer hecho fue el neoliberalismo implementado en los 90 que llevó al Frente a propulsar un referéndum que logró que no se privaticen las empresas públicas. Con un discurso que bien podría considerarse batllista, logró captar votos que los blancos y los colorados perdieron al aplicar políticas dictadas por el FMI. A partir de la victoria presidencial, el Frente se posicionó como la mejor opción en los barrios populares de Montevideo.
La fracasada alianza entre ambos partidos dominantes entre 1999 y 2001, sumada a la crisis económica que sufrió el país, consiguió que la coalición de izquierda triunfe en 2004 con el 50,45%, más de 1.100.000 votos. El Partido Blanco salió segundo con el 35%, pero el Partido Colorado tan sólo obtuvo un 10%.
A partir de ese momento, los máximos dirigentes colorados comenzaron a buscar una respuesta al fracaso rotundo. Amagaron con una autocrítica que resulto muy tibia y casi inexistente. Los dos líderes desde la vuelta a la democracia, Julio María Sanguinetti y Jorge Batlle, se pelearon sin llegar a una solución, y hoy por hoy todas las encuestas de intención de voto le dan menos de un 10% para las elecciones del 25 de octubre.
El único candidato que podría superar la marca de 2004 es Pedro Bordaberry. De hecho en 2005 el líder del sector “Vamos Uruguay” la triplicó: se presentó como candidato en las elecciones departamentales de Montevideo y consiguió el segundo puesto, con el 26% de los votos. El ex ministro de Turismo del gobierno de Jorge Batlle es una carta que pueden jugar los colorados, aunque su pasado lo condena. Su padre, Juan María Bordaberry, fue el presidente antes mencionado que fue elegido democráticamente y que en junio de 1973 disolvió el parlamento, proscribió a los partidos políticos y gobernó una dictadura para luego entregarle el poder a las FFAA. Todas estas pérdidas para la democracia se dieron en el marco de la “lucha contra la subversión”, enmarcadas en el Plan Cóndor que dominaba a la región. Actualmente el ex presidente cumple prisión domiciliaria por delitos de Lesa Humanidad. Pedro Bordaberry defiende a capa y espada a su padre y eso puede traerle varios dolores de cabeza de cara a su candidatura.Además de que su discurso es de una derecha a la que no estaba acostumbrado el partido.
A finales de 2007 se dio a lugar un hecho que muchos consideraron un manotazo de ahogado. Un intento de demostrar que ese arrastre electoral en las masas urbanas no se había perdido. Un movimiento de habitantes de barrios marginales, pertenecientes a una tribu urbana llamada “plancha”, irrumpió en la conducción del Partido Colorado y fue aceptado como parte integrante de la mesa directiva. El 17 de octubre de ese año decenas de jóvenes marcharon hacia la sede colorada en carros tirados a caballo y ocuparon la histórica casa del partido al ritmo de la cumbia villera.
Las críticas no surgieron desde el costado clasista, como podría esperarse que reaccionaran los sectores más conservadores, sino como respuesta a lo que dijo el lider plancha. José “Peluca” Valdez argumentó que había que “volver a los viejos valores” de la delincuencia, como por ejemplo “no robar en el barrio y tampoco afanar a las maestras y a los viejos”. Se disculpó públicamente, argumentó que no estaba acostumbrado a tratar con los medios, pero la frase ya estaba instalada.
En octubre de 2008, y luego de un acto en su casa del barrio La Teja, el Peluca se suicidó. Para ese momento su movimiento ya no era lo que había logrado ser.
Mientras las opciones sean girar a la derecha, descreer del estado batllista y no proponer medidas concretas, el Partido Colorado no podrá volver a ser lo que fue un día.
Etiquetas: partido colorado, Uruguay
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2 Comentarios:
Partido Colorado = UCR
son muchas las coincidencias.
no conocía la historia del Peluca ese. Mamita.... tengo miedo, neeeneeee!
Es verdad... es una historia parecida. La diferencia es que en Argentina surgió el peronismo, con todo lo que implicó eso.
El otro día mi hermano decía que si miramos la historia del Partido Colorado es una mezcla de peronismo y radicalismo. ja! Tiene todo lo que pasó en Argentina. Estado de Bienestar, revoluciones, derecha, izquierda, justicia social, golpes militares (Por ejemplo el GOU... disculpa pero me surge el antiperonismo que tengo metido jaja), y hasta pedido de mano dura en los últimos tiempos (ruckauf es peronista, a pesar de todo)
suerte, y pensa que lo que digo lo hago con humor y respeto..ja!
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