Para los argentinos que leen este blog, quiero contarles que para mi la campaña recién empezó. Estamos ante el inicio de una pelea que va a ser muy larga, que terminará el 25 de octubre o quizás el 29 de noviembre en caso de ser necesario realizar un ballotage.


El 28 de junio cada partido eligió a su candidato para la presidencia. Y en menos de una semana ya se definieron los vices que acompañarán a los ganadores. En ambos casos tendrán de compañero de formula a quien salió segundo en las internas. El Frente Amplio irá con el Pepe Mujica como presidente y con Danilo Astori de segundo, mientras que en el Partido Nacional será primero Luis Alberto Lacalle y lo acompañará Jorge Larrañaga. El histórico Partido Colorado aún no definió quien será el vice de Pedro Bordaberry, que triunfó con el 70% de los votos, aunque a nivel nacional parece que sólo llegará a un 10% u 11%.

Pero, como dice el título, la pelea ya empezó. Resulta que tres días antes de las internas Lacalle dijo algo que molestó mucho a Mujica. Pero como se venía la veda electoral a la noche, Mujica parece que prefirió guardarse todo para después de las elecciones, porque el tema era muy bueno para matarlo en unas horas. Resulta que Lacalle dijo al semanario Búsqueda (el cual no tiene edición online para que yo les pase el link) que si él fuera una persona dispuesta a invertir en el Uruguay "esperaría a diciembre", en obvia referencia a que sólo si ellos ganan estará garantizada la seguridad para quienes quieran invertir. Y remató: "Es lo que yo aconsejaría si tuviera un cliente y si fuera abogado".

Mujica respondió a la semana, mediante un posteo en su blog Pepe tal cual es titulado "Breve manual para inversores". Allí tildó de "pequeña canallada" los dichos del ex presidente y candidato nacionalista. "Todos los actores políticos relevantes somos conscientes de que en este mundo de hoy, hay que ser hospitalarios con la inversión, o el dinero se va para otro lado. Y con el dinero, se van los puestos de trabajo que tanto se necesitan", aseguró Mujica. Y finalizó con algo que ellos mismos aclararon que no iban a hacer: hablando del pasado de su contrincante. Dijo el Pepe que "las empresas en serio huyen de los países gobernados por coimeros", aludiendo a los diversos casos de corrupción que surgieron durante la administración de Lacalle entre 1990 y 1995.

Pero a Lacalle no sólo le contestaron los frenteamplistas como grupo político, sino los que están en el gobierno. Primero fue el ministro de Economía Alvaro García, que aseguró que las declaraciones del nieto de Herrera generaban incertidumbre: "Parte del devenir democrático es el hecho de tener cada cinco años una campaña electoral, eso no debe dejarnos tener en cuenta que hay intereses que son superiores". También respondió Tabaré, en una nota que dio al Diario La República. El presidente dijo que "Es muy delicado decir esas cosas y afectar algo tan necesario para el país, para el trabajo, para la gente, como son las inversiones".

Obviamente que con este discurso Lacalle le hace mal al país. Decir nosotros o el caos es lo que le hizo perder las elecciones a Néstor Kirchner, justo a ellos que no les gusta ser tildados de "kirchneristas". Hablar de que sólo si ellos ganan va a haber estabilidad económica y jurídica, es decir que si ellos no ganan el país se va al carajo. Y justamente esto es espantar inversiones. Con estas declaraciones Lacalle espanta inversiones, muchas más de las que supuestamente se irán si gana el Frente Amplio.

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