2.4.09

Alfonsín

Aviso para quien pase aquí: va a ser el post más radical que puedan encontrar en mi blog. Sensibles, por favor abstenerse de leerlo.

Tenía pensado escribir algo sobre Alfonsín, de hecho mi hermano me dijo a la tarde que le resultaba raro que no lo haya hecho. Después pensé, ¿que puedo aportar yo?. Sólo decir que a veces las palabras no alcanzan para decir lo que siento por este "gallego calentón" que nos puso de nuevo en la senda democrática. Vengo de una familia radical, que desde el martes a la noche está sufriendo la muerte de este gran hombre. Y me molesta que algunos quieran desmerecer su trayectoria diciendole "animál político". No fue sólo eso. Fue un luchador incansable por los Derechos Humanos y por las instituciones. Con sus errores, como todo político, pero con muchos más aciertos. Y quiero dejar en claro algunos momentos que marcan un poco su vida pública.

- Fue uno de los fundadores de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) en 1975. Luego en la dictadura fue uno de los abogados que presentó habeas corpus ante la justicia para averiguar donde estaban los desaparecidos. Se jugó la vida a pesar de no tener familiares detenidos ni estar totalmente de acuerdo con la lucha armada de las guerrillas urbanas.

- Juzgó a las cúpulas militares. Por primera vez un país juzgó a quienes llevaron adelante una sangrienta dictadura. Y no aceptó la autoamnistía, algo que Luder había aceptado gustoso., Ah, y se bancó tres sublevaciones militares y el episodio de La Tablada (nunca esclarecido).

- Terminó con todos los conflictos bilaterales que teníamos con Chile. Y fue a traves del diálogo.

- Sentó las basese de lo que después sería el Mercosur, gracias a las reuniones que tuvo con Jose Sarney, el primer presidente de la democracia brasilera (al que llegó luego de la muerte de Tancredo Neves que no a asumir).

- Le dijo a Ronald Reagan en plena Casa Blanca que nadie podía meterse en la política interna de los países de América, en medio del conflicto que EEUU tenía con Nicaragua.

- Si no hubiera existido el Pacto de Olivos, Menem no sólo hubiese tenido la re-re-re-elección (asi, eternamente), sino que no existiría el capítulo de Nuevos Derechos y Garantías, el consejo de la Magistratura, la defensoría del Pueblo y el rango constitucional de los pactos internacionales como el de san José de Costa Rica (si, ese que prohñibe la pena de muerte).

Obviamente su política económica no fue la mejor, pero viendo hoy como muchos rescatan su legado, no queda otra que darse cuenta que gracias a él tenemos la democracia, esa que en sus ideales daba de comer, curaba y educaba. Nos queda a nosotros hacernos un mejor camino y no volver a cometer errores del pasado.

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