Por la tarde dos diputados se pelearon en el recinto del Parlamento mientras se discutía el proyecto de ley que habilita a los pacientes a solicitar en forma anticipada la suspensión de tratamientos médicos en caso que sufran enfermedades terminales. El frenteamplista Alvaro Vega y el nacionalista Sergio Botana quisieron zanjar sus diferencias a las trompadas.

Dice El Observador:

Todo comenzó cuando Vega, que además de parlamentario es médico, defendió el proyecto en su intervención y expresó que de mantenerse siempre la tesitura de "coherencia" que sostenía el Partido Nacional (dispuesto a votar en contra), el mundo "seguiría viviendo como en la era de los dinosaurios".

La respuesta de Botana fue que cuando se escuchan declaraciones como esas es posible comprender por qué mucha gente no quiere dejar su vida en manos de los médicos. Esto desembocó en que los dos diputados se aproximaran para irse a las manos, pero fueron separados por sus colegas. Tras unos minutos en los que se restableció el orden en la sala, el diputado nacionalista Pablo Iturralde instó a que no se resolvieran las diferencias a golpes de puño.

Vega respondió al llamado con un “vos porque sos cagón”. Como un resorte, Botana se dirigió rápidamente hacia el representante frenteamplista y comenzaron a golpearse, pero la pelea fue dispersada rápidamente, a pesar de que algunos diputados incluso la incitaron, como Sandra Etcherverry, que con una sonrisa en su rostro apelaba a Vega diciéndole "dale, guapo" y "a ver si te animás".

El proyecto (acá pueden leer el texto completo) fue finalmente aprobado con el apoyo de frenteamplistas y colorados. Pero, ¿de que se trata? Su primer artículo dice que "toda persona mayor de edad y psíquicamente apta, en forma voluntaria, consciente y libre, tiene derecho a oponerse a la aplicación de tratamientos y procedimientos médicos salvo que con ello afecte o pueda afectar la salud de terceros".

Igualmente pone algunas restricciones. La enfermedad tiene que ser terminal y comprobada por un médico. En caso de que el paciente esté inconsciente y no haya dejado asentada su voluntad, el cónyuge, o familiar más cercano puede decidir por él. También admite que un médico se declare objetor de conciencia, pero dejando en claro que deberá pasar el caso a otra profesional.

Washington Abdala, diputado colorado e impulsor del proyecto, reconoció que algunas personas puedan creer que esto es estar a favor de la extinción de la vida, pero reiteró que este tema no es eutanasia, sino que es darle la posibilidad a alguien que se está muriendo de hacerlo con dignidad. "Si hubiese una remota posibilidad de que esa persona tenga una chance de vivir, el proyecto no camina. Sólo lo hace cuando es un caso que no tiene vuelta atrás", puntualizó el legislador uruguayo.

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