José Luis Corbo mantuvo su renuncia y dejó de ser el presidente de la AUF. La carta de renuncia que intentó presentar el miércoles, fue la misma que puso arriba de la mesa el jueves. “Me voy por mi dignidad”, dijo cuando abandonó la Asociación. Dicen que el ex presidente Eugenio Figueredo utilizó sus contactos en la AUF y a los periodistas a los que le paga, para desestabilizar a Corbo.

Corbo renunció porque no tuvo respaldo. Primero le quisieron sacar los "superpoderes" que tenía. Se le criticó mucho esa facultad, pero se la quisieron sacar tres días antes de que caduquen. Luego recibió amenazas de muerte, y hasta lo siguieron hasta su casa con un auto. También trascendió que discutió con Nélson Gutierrez (el Tano), director de Tenfield, por un tema referente a los derechos de transmisión de las eliminatorias al Mundial 2014.

Finalmente se mantuvo en su postura y renunció ayer por la tarde. Pero hay otra cuestión y se llama Eugenio Figueredo. “Algún día voy a volver” le dijo a su círculo íntimo Figueredo cuando se fue de una AUF devastada. Figueredo también comentó que le iba a hacer la vida imposible a los que lo sacaron.

Nadie dentro de la Asociación lo manifiesta públicamente aunque varios fuera de micrófono reconocen que el ex presidente movió sus fichas dentro y fuera de a AUF. Figueredo todavía tiene fuerza en varios clubes y en algunos de los periodistas más notorios por estos días, a los que les paga mensualmente. Lo reconoció en una nota al diario El Observador cuando todavía era presidente. Figueredo se hacía cargo en su momento de pagarle el teléfono a un programa radial que pasó de una radio chica a una más importante y de conseguirle trabajo en una cadena internacional a otro periodista de trayectoria. Son apenas dos ejemplos pero hay más.

Pero, quien es Figueredo? Paso a contarles a través de una linda nota publicada por La Diaria en 2006, cuando aún era presidente.

En algún tiempo Eugenio Figueredo fue un discreto half aficionado que llegó a jugar en el Huracán Buceo que estaba fuera de la AUF. Años después fue discreto periodista deportivo barrial. Por años fue un discreto delegado de Huracán Buceo en la AUF alternando como discreto directivo de la institución playera en la que llegó a ser, en alguna oportunidad un discreto presidente.

Años después logró poner un pie en la Confederación Sudamericana de Fútbol y, allí hizo un discreto trabajo como acomodador. Es que como encargado de Relaciones Públicas se encargaba de ubicar a los distintos dirigentes en los palcos oficiales durante los torneos sudamericanos. Pero era un buen método de conocer gente y hacer favores. Siempre conseguía los asientos que esa buena gente le solicitaba. De repente se volvió un vivaz dirigente apto para toda tarea. Desde el Mundialito hasta la Copa América en Uruguay en 1995 hay todo un recorrido.

Un buen día la AUF lo nombra como su representante en la Confederación Sudamericana de Fútbol. Sucede a Hugo Batalla. En otro período accede a la vicepresidencia. Su vivacidad se enriquece con la experiencia. Y otro dato: es uno de los dirigentes más trabajadores en la preparación de los campeonatos. Es de los primeros en llegar a las sedes de los torneos y es, siempre, el primero en llegar cada mañana, al local del Comité Organizador.

Ya hace un tiempo que entrelazó su cargo a nivel sudamericano con uno similar en FIFA. Allí también hizo de “acomodador” y estuvo en decenas de torneos mundiales de mayores y en los Sub 20 y en los Sub 17 y hasta en los mundiales femeninos porque él –y esa es otra de sus virtudes- es además un hombre dispuesto.

Un buen día llega a la presidencia de la Asociación Uruguaya de Fútbol. Nunca toma previsiones y los problemas se suceden en ocho años de mandato. Los tiene con todos los sectores (clubes, jugadores, Mutual, jueces, personal de recaudación, entrenadores). A veces, parecen provocados. No importa: él tomará fama de ser el gran solucionador de todos los problemas. Los periodistas afines le llaman “el bombero”, el que apaga los incendios. Nunca olvide que la AUF es el mundo del revés.

Ahora no es que Eugenio Figueredo es el dirigente adecuado para la AUF. Ahora la AUF es para Figueredo. Aquí surge esta otra falacia: “el Petiso es imprescindible” (¿?). Y los análisis “serios” siempre tendrán esta sabia pregunta-reflexión: ¿y si no está Eugenio, quién asume? La teoría del hombre imprescindible a todo tren.

0 Comentarios: